2 sept 2009

Rap aymara

Por Jorge Luis Quinaya Orellana * A 12000 pies de altitud, el movimiento de hip hop de El Alto es probablemente el más alto en el mundo. La música se mezcla con estilos folklóricos ancestrales y modernos sonidos del hip hop con letras sobre la revolución y el cambio social. “instrumento de lucha.” No sólo con huelgas y bloqueos se protesta en Bolivia. A 4.100 metros sobre el nivel del mar, en la ciudad de El Alto, cientos de jóvenes escupen su descontento social a través de ácidas rimas que llevan un sello muy particular: la lengua aymara de sus padres y abuelos. Esta aventura empezó en el 2000, cuando Abraham Bohórquez, ahora difunto, regresó de las favelas brasileñas hipnotizado por el rap que allí se hacía con una temática centrada en la pobreza, las drogas y la discriminación racial. LA NUEVA GENERACION A fines de mayo, Bohórquez murió en un accidente de tránsito, uno de los muchos que ocurren en la caótica urbe alteña, pero para demostrar que con él no murió el movimiento hip-hop en Bolivia, cientos de jóvenes siguen sus pasos en El Alto, ciudad contigua a La Paz, la sede del Gobierno boliviano. Jóvenes de extracción humilde vieron en el rap una válvula de escape para su descontento social. “No es que yo busque que mi letra sea contestataria, yo canto sobre mi vida cotidiana. No puedo hablar de carros y dinero porque no los tengo”, explica el joven rapero Daniel Calle, conocido como ‘Graffo’. “Además, para hacer rap no necesitas de un grupo, ni de instrumentos. Cualquiera puede hacerlo”, agrega Nicolás Flores, ‘Nico’, de 23 años. Este par de amigos usa pantalones anchos, camisas con logos en inglés y gorras de beisbol: la típica vestimenta de los raperos estadounidenses, algo con lo que no están de acuerdo los pioneros del rap en aymara. “Es difícil, pero debemos cambiar nuestra forma de vestir. No es original, hay que tener identidad hasta en la ropa”, señala Bautista, luciendo una chompa y un chullo de lana para combatir el frío. Pero, mientras para los más jóvenes la motivación es grabar discos, ganar dinero y vivir de la música, para los pioneros el rap es sólo una forma de transmitir un mensaje. Por eso apoyan la piratería. “La piratería es el mejor medio para llegar a las masas”, opina Bautista. Sin embargo, los une un gran respeto por la cultura aymara. “Nosotros no cantamos en aymara porque no lo pronunciamos bien, y hacerlo sería una falta de respeto a los que lo hablan”, explica Flores. “Yo estoy aprendiendo, me gustaría rapear en aymara”, confiesa. Y hoy encontramos a un nuevo representante del rap aymara y es conocido como “KUCHI AMARU” del cual encontramos el video ajayu libertad en el cual nos explica algunas cosas del rap boliviano. * Es estudiante de Cuarto Año de Comunicación de la UNSXX

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