27 jul 2012

Solemnidad de la Asunción


 

15 de agosto de 1950, 15 de agosto 2012.
Solemnidad de la Asunción
 Rey Castellón H.
                                                             
Un grito de Fe eclesial.

El 1 de noviembre de este año conmemoraremos los 62 años en que la iglesia como pueblo de Dios declaro solemnemente la asunción de María al cielo. Este 15 de agosto adelantaremos la fiesta litúrgica en toda la iglesia. La escueta declaración de la Munificentissimus Deus afirmaba que María, la inmaculada Madre de Dios, siempre virgen: «no estuvo sujeta a la corrupción del sepulcro su sagrado cuerpo y que no fue reducida a la putrefacción y cenizas el augusto tabernáculo del Verbo Divino […] ni tuvo que esperar la redención de su cuerpo hasta el fin del mundo». María es entonces la primera redimida. El Rey habito en Ella, puso allí sus pies o como lo dice el mismo profeta Isaías 60,13 evocando al Todopoderoso: “Glorificare el lugar de mis pies». Es decir, tal cuerpo, tal alma de la madre de Jesús fue asumida simplemente por el cielo. Expresiones antiguas y siempre nuevas por su hondo significado, y aun objeto de estudio entre los mariólogos. Definición eclesial del año 1950 representada en aquel tiempo en la persona del pontífice Pio XII. Verdaderamente un grito de fe que llena de entusiasmo y de esperanza a todos los cristianos sea de la iglesia ortodoxa como la católica. El alma inmaculada de María y su cuerpo virginal ingresan al cielo o como lo afirma la liturgia de la asunción en la Misa vespertina que entre signos de exclamación expresa:«¡ Que pregón tan glorioso para ti, María! Hoy has sido elevada por encima de los ángeles y con Cristo triunfas para siempre».
Solemnidad de la Asunción que debe alegrarnos y llenarnos de esperanza porque nos hace pensar en las cosas del cielo que es la patria definitiva como lo señala las Sagradas Escrituras, somos ciudadanos del cielo. María, mujer de nuestra raza humana nos indica de que es posible que todos nosotros podemos aspirar a un mundo más pleno, a un mundo menos egoísta, a un mundo mas fraterno. Y, más real junto a Dios, nuestro Padre.
En definitiva la Solemnidad de la Asunción es un grito de Fe porque nos ayuda a que nuestro corazón aspire a Dios, y que se transforme en Dios. Será el objetivo final del esfuerzo de un desarrollo espiritual hacia la libertad. Esperamos cantar como María expresando agradecidos de que el «Poderoso  ha hecho obras grandes en mi». El cielo nos espera siendo nuestro ser un vaso limpio, lleno de amor puro. Y nuestros ojos contemplarán de forma inacabable la bondad y la verdad de Dios. Nos unimos al grito también de san Francisco de Sales cuando afirma:«¿Quién es el hijo que, si pudiese, no volvería a llamar a la vida a su propia madre y no la llevaría consigo después de la muerte al paraíso?» ¡Feliz fiesta eclesial de conmemoración de la asunción de María…y de todos los cristianos! María con su Hijo nos abraza desde el cielo.
Fray Aldo Quelín. Osm.

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