29 nov 2011

RECORDANDO LA HISTORIA DE MOTO MENDEZ Y CAÑOTO: GRANDES COMBATIENTES

Eustaquio Méndez (Moto Mendez)

Nació el 19 de septiembre de 1784 en Churqui Huayco, Canasmoro, villa de San Lorenzo, departamento de tarija, que en una época perteneció a la provincia argentinade bsalta, pero hoy es parte del sur de Bolivia , hijo legítimo de Juan Méndez y de María Arenas, ambos criollos hijos de españoles, residentes en Canasmoro. Era un pequeño hacendado de la zona, buen jinete, a pesar de que había perdido un brazo en un accidente, lo que le ganó el apodo de "El Moto" Méndez.




el 17 de diciembre en Churqui Huayco, Canasmoro, villa de San Lorenzo, Departamento de tarija, que en una época perteneció a la provincia Argentina de salta, pero hoy es parte del sur de Bolivia, hijo legítimo de Juan Méndez y de María Arenas, ambos criollos hijos de españoles, residentes en Canasmoro. Era un pequeño hacendado de la zona, buen jinete, a pesar de que había perdido un brazo en un accidente, lo que le ganó el apodo de "El Moto" Méndez.
El héroe más destacado de la batalla fue Eustaquio Méndez, un caudillo chapaco y destacado jinete nacido en la localidad de carichimayo el año 1784, hijo de padres españoles que, sin embargo, luchó por la independencia de los nacidos en estas tierras y a favor de los campesinos. El valor de héroe reside en la formación del grupo de combate llamado Los Montoneros de Méndez (que no era un ejército organizado, pero sí un grupo de confrontación y defensa). Su incesante lucha contra la injusticia hacia los campesinos fue su característica más visible.
Cuando los españoles ocupaban Tarija, Méndez sitió la ciudad y solamente aceptó levantar el cerco a cambio de la suspensión del tributo campesino (impuesto a los indígenas).
El Moto organizó una republiqueta en san lorenzo, buscando la emancipación.
Eustaquio Méndez se quedó con el sobrenombre de "Moto" debido a la pérdida de una mano por causas aún no aclaradas por la historia. Existen dos hipótesis divulgadas con respecto a su mano: la primera dice que fue un autocastigo por el maltrato físico que había propinado a su madre en estado de ebriedad. La segunda teoría sostiene que la perdió a causa de un accidente en caballo. Sea cual fuere la razón, es motivo de admiración el que a pesar de esa deficiencia haya liderado a las fuerzas rebeldes, las que a falta de un ejército, marcaron la diferencia de los patriotas respecto a los realistas.
Jose Mamuel Baca Baca (cañoto)

Este hombre del pueblo tan justamente celebrado por sus hazañas como Gran Estratega patriota, también merece mayor celebración y elogio como músico, cantor y hasta como poeta popular. Nació en Santa Cruz de la Sierra, en el seno de una modesta familia de estirpe criolla, el 10 de diciembre de 1790 en Jitapaqui, Provincia Andrés Ibáñez.
Sus padres fueron Pedro Pablo Baca y Manuela de Baca. En la Cordillera de los Chiriguanos estudio gramática, letras y el idioma nativo de la región, allí también desarrollo su talento por la guitarra, las coplas y las poesías. Fue en su infancia monaguillo y aprendiz del oficio de esterero. Paso la adolescencia y primeros años de juventud como empleado acompañante del padre José Andrés Salvatierra Chávez, que ejercía funciones de párroco conversor de la Misión de Membiray y capellán de las milicias allí acantonadas.
Tomo parte activa en el movimiento insurgente estallado en aquella comarca a fines del año 1810. En 1813 regreso a la ciudad de su nacimiento a tiempo para enrolarse en las milicias patriotas que organizaba el coronel Ignacio Warnes, ingresando al cuerpo de Caballería “Escuadrón de Cazadores” donde participo en las luchas libertarias.
Bajo las ordenes de Warnes combatió en la Batalla de Florida (mayo 1814), en la campaña de Chiquitos que culmino con la victoria en Santa Barbará (octubre 1815) y en la desastrosa acción del Pari en la que el caudillo Warnes fue derrotado y muerto (noviembre 1816).
Luego partió a tierras argentinas en donde se enrola en las fuerzas de la guerrilla del comandante Martin Miguel de Güemes, a las cuales se incorporo con el grado de capitán. Mereció la confianza de Güemes, quien le dio la jefatura del polvorín.
A la muerte del caudillo salteño, en junio de 1821, se replegó hacia su tierra, habiéndose encontrado en Saipurú con su antiguo comandante, el coronel José Manuel Mercado. Combatió a los realistas al lado de este, hasta el año 1825 en que el país adquirió su independencia.
Poco agradecida fue la patria para con él. Nombrado como gobernante de uno de los pueblos de Chiquitos, solo permaneció en ese cargo un corto tiempo. Amargado y decepcionado, se retiro a vivir en el lugarejo de Jitapaqui que había adquirido trabajosamente. Allí murió el 15 de septiembre de 1854.
El manuscrito Lara dice: , alias “CAÑOTO”, fue Teniente Primero en las filas de Warnes. Cuando gobernaba Santa Cruz el realista Becerra, tuvo que poner pies en pólvora para liberarse de la mutilación que aquel desalmado mandaba practicar, mediante una ordenanza el brasileño apellidado Antúnez Alburquerque y que consistía en cortarle una oreja a cada uno de los patriotas que caían en sus manos. De este bárbaro castigo fueron victimas unas veinticinco personas, esto ocurría en el año 1811. Cañoto, para salvar sus orejas busco un secreto asilo en el que se oculto hasta la entrada de Warnes.
Cañoto era todo un hombre de pelo en pecho. Lo prueba el robo de la cabeza de Warnes. Esta hazaña la realizo en compañía de su amigo el teniente Rivero. Para llevarla a cabo llevaron consigo un lienzo y una caña. Cañoto con la vara, desprendió la cabeza de la picota en que estaba ensartada y su compañero la recibió en el lienzo. Amparados por la oscuridad de la noche pudieron llegar, sanos y salvos hasta la casa de Ana Barba, mujer de Rivero que era ahijada de matrimonio del infeliz Warnes. Allí la sepultaron.
Luego de su estancia en el norte argentino fue de unos cinco años, en los cuales paso por múltiples peripecias, antes de volver a Santa Cruz, lugar al que llego, con su fiel Flora el 15 de junio de 1823.
El Gral. Videla, queriendo premiar los meritos del esforzado guerrillero, lo nombro Administrador de la provincia de Chiquitos. Cañoto, contento, acepto el cargo y se encamino a la sede de sus funciones. Esta vez, Florita no lo acompaño. Estaba extenuada por la azarosa vida, y los sufrimientos que tuvo que soportar durante la campaña de Salta, en la que había perdido a los tiernos frutos de su matrimonio. Cañoto, con el correr del tiempo, falleció en un lugar de Chiquitos de resultado de una postema en la espalda.

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